jueves, 16 de abril de 2009

El clásico que no me toco ver.

Mi nombre es Braulio, tengo 24 años y no tengo antecedentes penales. Estoy aquí acusado de haber golpeado a dos personas en un momento de enojo. Mire, todo paso así. Desde mucho tiempo antes compré los boletos para el partido fútbol en primera fila, no me importo quedarme sin feria ni siquiera di los abonos para el pavimento de la calle y eso que estuve reclamando la pavimentada junto con los vecinos. Después los vecinos se enojaron conmigo, pero como nunca había tenido la oportunidad de ver a mi equipo jugar me valió. Además ya tenía los boletos, ni modo de no ir.

Entonces hoy madrugué para irme al estadio junto con un amigo y mi hijo. Tomamos el camión que nos dejo unas cuadras antes del monumento hecho para el fútbol, caminamos hacia él, pero antes compramos unos tamales y un champurrado calientito. Eran como las 8 de la mañana y se apreciaba una pequeña fila de fanáticos igual que yo. Nos formamos mi compadre Luis y mi hijo. ¿Quién crees que gane? Preguntaba la gente y una matraca se escuchaba más al fondo. Y ahí se armo el desmadre, pues va ganar el América, ni modo que no, pagué más de quinientos pesos por boleto para venir a ver el partido. Mientras otros apoyaban al equipo contrario yo me empezaba a enfurecer, ¡Calmado compadre! Sólo es un juego y aun no empieza. Pero al momento empecé a ver el color rojo, blanco y azul.

Mis ojos parecían saltar de enojo. Tragaba saliva y volteaba a la defensiva. Quería lucir el amarillo de mi camiseta. Entonces fue ahí cuando alguien gritó Esos de amarillo me la ... y me exalté avente el vaso de fomi donde venia el champurrado y me dirigí hacia esos dos muchachos, y dentro de mi cabeza retumbaba ..Contra mi nadie puede, contra mi nadie puede. Me convertí en Goliat en un minuto y agarré al más flaco primero, lo deje en el suelo, después le torcí el brazo a su amigo y cuando le empezó a salir sangre del labio y escuche a unos decir ¡dale duro!, ¡dale duro! y mi compadre gritaba ¡ya compadre ya!, no sabía qué hacer. No quise correr y ser cobarde.

Esperé a los policías y por eso estoy aquí. Aun faltan unas horas para el partido, y creo que dentro de la celda no hay un televisor para poder verlo, todo me salió caro. Si hubiera dado mejor el dinero para el pavimento, creo que pudiera disfrutar del partido aunque sea en blanco y negro , a la misma vez creo que dentro de un tiempo hubiera podido estrenar asfalto para echarme una cascarita.

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