jueves, 16 de abril de 2009

Jugando entre castigos..

Cuando era más chica, recuerdo que paseaba por caminos estrechos. Me escondía en los pequeños orificios de una construcción. El sol me calaba y entonces salía con los ojos abiertos, a correr. Otras veces me metía a los sótanos, era cuando mi abuelo me buscaba y me sacaba de ahí. Lo escuché decir varias veces que dentro de poco tiempo ese lugar se tranformaría en una prisión, resguardada por sabe cuantos policías, y que llevarían a los delincuentes más pesados del país. Pero nunca le dí importancia, pues jamás volví ha estar cerca de una cárcel. Solamente escuchaba en la televisión, que muchos delincuentes tijuanenses ya pisaban el cereso, pero lo merecían por algo los llevaban, pero lo merecían y ya de grande pude comprender, que los rincones pequeños donde yo cabía a la perfección, eran las celdas de castigo donde muchos probablemente han soportado el insoportable calor del sol.


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