miércoles, 7 de abril de 2010

Don frío




La chica del pronóstico me hizo creer que hoy sería un día cálido. Pero no. Se equivocó otra vez, nunca da ni la mínima aproximación del clima.
Se me ha olvidado la chamarra, tengo frío y no pienso regresar a casa. Mi piel comienza a secarse, aparecen grietas en mis manos como si nunca me hubiera puesto crema.


El sol está ausente, el cielo gris. ¡Ojalá! El frío llegara sólo a visitarme. Sin embargo trae a sus “compas” don viento, doña lluvia y a las entrometidas enfermedades respiratorias. Todos se han puesto de acuerdo para invadir la casa, la escuela, la ciudad. Tengo motivos para correr a don Frío y sus amigos, pues de mi pelo empieza a salir caspa por la resequedad, mi nariz se encuentra dañada y la garganta cerrada.

Estoy en la escuela, sin chamarra, el frío me envuelve con una manta helada de pies a cabeza. Al llegar a casa prenderé la calefacción para que don frío sienta mi rechazo y pare su fiesta, haber si medita un poco.
Me pregunto si la chica del pronóstico no se siente mal por haberme engañado y hacerme andar por la calle descubierta.

Le pondré una cita a don frío pues no he tenido una
conversación de frente con el, porque no me pidió permiso para llegar, creo que ha de estar avergonzado por eso no me da la cara, sólo está ausente en escencia.
Pero hoy, después de salir de clases, brincar los charcos, subir al transporte público, he de llegar casa, para hacer un té de naranjo, un dibujo de la calefacción soñada.
Hoy por la tarde no prenderé la tele, no quiero escuchar el pronóstico engañoso. Mejor buscaré la chamarra, los guantes y la bufanda que me
he de poner mañana.

1 comentario:

  1. Buen post... jajajajajaja, a huevo, esa vieja babosa nunca le atina, lo que ella tiene de meteoróloga yo lo tengo de físico cuántico

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